Otro 11 de septiembre y se recuerdan los 51 años desde que se el dio el Golpe de Estado en Chile. Pero este año, además fue el funeral de Alonso Verdejo, joven asesinado en la romería al Cementerio General en el marco de la conmemoración. Un contrasentido que expone dolorosamente la continuidad de la violencia.
Entonces… ¿Para qué sirve la memoria?
Comprada en la feria del oportunismo político, la memoria desfila encarnada con rituales fetiches y devotos, enalteciendo a los insurgentes de ayer mientras sigue reprimiendo hoy.
La despolitización de la memoria disocia los motivos profundos que tuvieron las dictaduras, más allá de la justificación ideológica, que fue garantizar el saqueo a cualquier costo. El mismo saqueo que continua hoy en nombre del desarrollo y la “integración regional”, y el abrirse al mundo y todas esas cosas que nos viven diciendo mientras nos despojan, nos desalojan, nos corren de donde estamos.
La memoria política está en las luchas postdictadura por la verdad, la justicia y la reparación, si.
Pero también en el tejido social que resiste en cada lucha territorial,
Y en la de cada colectivo de mujeres que denunciamos el terrorismo patriarcal de cada día, porque llevamos la memoria en nuestros cuerpos y nuestras historias.
Saber qué paso y cómo paso da sentido para sobrevivir colectivamente, y situarnos con memoria feminista y de la mano de las que reinventan las resistencias, decretando lo que ya no queremos.
Radio HumedaLES,
Cultura y Existencia Lesbiana
13 de Septiembre de 2024