Por Zimri Bani Orellana Rojas

Este domingo 25 de mayo, en el marco del Día de los Patrimonios, activistas disca y neurodivergentes, convocadas por la colectiva Orgánica Expansiva, realizaron una intervención y acción directa en el centro de Santiago. La actividad comenzó alrededor de las 12:00 hrs. en la intersección de Huérfanos con Bandera, recorriendo el frontis de la Universidad de Chile y finalizando en el Palacio de La Moneda.
La intervención consistió en una caminata lenta con tres hitos principales. A lo largo de la ruta, se instaló una cuerda roja con hojas que contenían testimonios de violencia y discriminación hacia personas con discapacidad, incluyendo también críticas al sistema. Los textos estaban disponibles en español, braille y con códigos QR que dirigían a audios, asegurando accesibilidad universal.
Simultáneamente, se utilizaron esténciles con simbologías de corporalidades no hegemónicas (persona coja, neurodivergente, comunidad sorda, ciega, discapacidad invisible, entre otras), que fueron rayadas con tiza en el suelo por las mismas activistas. La elección de este material no fue casual: los dibujos desaparecían al ser pisados. Muchas personas no se percataban de la acción; otras, en cambio, se detenían a mirar, leer o escuchar. La tiza y sus simbologías en el suelo parecían reflejar cómo la ciudad suele presentar estos íconos de accesibilidad, pero que en la práctica son frágiles, invisibles y borrados por la misma sociedad.
Durante la intervención, se leyeron en voz alta algunos de los testimonios, para luego avanzar lentamente entre la multitud que participaba del Día de los Patrimonios. Esta caminata silenciosa y disruptiva se puso en contraste con la ciudad ruidosa, masiva, familiar normada, mostrando la exclusión sistemática de las personas con discapacidad en los espacios públicos y culturales.
La actividad fue parte del cierre del 2º Encuentro de Activistas Disca y Neurodivergente, también organizado por Orgánica Expansiva. En el encuentro se abordaron temáticas como el retroceso de políticas públicas en discapacidad, la importancia de la autonomía, los cuidados, cómo el afecto es también posibilidad de accesibilidad, la importancia de generar una cultura social que sea más integradora y espacios accesibles para la gran diversidad de corporalidades.
Resuena en todo el encuentro e intervención callejera, en medio de esta ciudad caótica:
“Un mundo accesible sí es posible.”

