Encuentro de Cestería en Wallmapu: reconstruir la memoria con las manos


En Panguipulli el año mapuche comenzó en junio del 2024 con la realización del segundo Taller
de Cestería en Llepu a cargo de los maestros cesteros Pablo Cayulef y su hijo Gerardo Cayulef
en el sector de Lindaflor. Gestado por Oficios Varios tras cinco años de trabajo junto a la
investigadora y aprendiz de cestería, Javiera Naranjo quien les propuso realizar talleres para
resguardar este conocimiento. En paralelo, se realizó la investigación que dio forma al libro
“Cestería en el Wallmapu: Entrelazando fibras y memorias”.

Por Morin Ortiz Herrera


Desde junio a diciembre, 23 personas mapuche llegaron hasta la Ex Escuela de Lindaflor desde
las comunidades Tripay Maripan del sector Coz Coz, Lonko Chihuaicura de Pullinque Alto,
Pilinhue y Pucura Alto. Como parte de este proceso de aprendizaje, el sábado 14 de diciembre
en la Casona Amigos de Panguipulli se realizó un Nütram sobre cestería en llepu para
compartir junto a los maestros y reflexionar sobre la importancia de la transmisión de estos
conocimientos.
Don Pablo Cayulef tiene 71 años y contó cómo fue el camino para hacer su primer Llepu a la
edad de 15: “Esto viene de muy atrás. Mi abuelo fue el profesor de mi papá y de mi papá vine
aprendiendo yo. Después le enseñé a mi hijo». Explicó que es un trabajo que comienza con la
recolección del material: “tiene que salir a la montaña, a los cerros, meterse a las quebradas
donde andan los pumas para sacar la quila blanca y del año. Este trabajo mapuche no se
realiza mucho porque no hay mucha paciencia de salir días enteros a buscar el material. Pero
yo me siento contento, porque hay personas que le han tomado mucho cariño, mucho aprecio.
Son cosas que ya no se ven. Lo que sabe el mapuche también es inteligencia: hacer un
canasto, un taller de madera, todo es inteligencia para nosotros”.
Su hijo, Gerardo Cayulef Calfipan compartió sus memorias como niño de 8 años “veía a mi
papá que tejía. Hacía sus llepu con mi mamá e íbamos a dejarlos al pueblo. Por esos años se
hacía trafkintu, le dejaban papas, porotos, pollo, de repente un poco de plata. Yo también quise
aprender y como a los 20 años hice mi primer llepu con la guía de mi papá, no era egoísta con
su conocimiento”.
Recuerda que no le quedó perfecto, pero que al tercer llepu fue mejorando. Luego dejó de tejer
unos 15 años y volvió a hacerlo cuando llegó Javiera con su propuesta de taller.
“Estoy feliz de que quienes hayan aprendido le puedan enseñar a otras personas, porque esa
es la idea. Se estaba perdiendo lo que es cestería en llepu, son pocas personas las que tejen y
algunas no quieren enseñar. Uno tiene que enseñar lo que sabe, algún día yo dejaré de tejer si
es que llego a viejito y me sentiré pagado y feliz de que otra persona esté tejiendo, porque no
se va a perder la tradición del llepu”, señaló Gerardo.
Viviana Neihual, aprendiz de cestería en llepu y anfitriona en este nütram señaló que “los
nuevos tejedores pasamos a ser como hijos de ellos, de nuestros maestros, porque yo me
siento con el deber de compartir este kimün (conocimiento), yo no me puedo quedar guardado
con esto porque es algo que no es mío. Ellos lo heredaron y ellos me lo transmiten a mí, así es
el arte compartido. Eso es el ngen (espíritu) mapunche, no es egoísta”.

Investigación “Cestería en el Wallmapu: Entrelazando fibras y memorias”
La cestería es una de los oficios más antiguos de la humanidad, pero al ser hecho con fibras
vegetales cuenta con escasos vestigios. Por esto, el hallazgo de Monte Verde en Puerto Montt
dio cuenta en 1972 del espacio territorial habitado más antiguo del que se tiene registro, esto es

12.500 años atrás. Según el investigador Mario Pino, la preservación de este sitio responde a la
formación de una capa pantanosa que quitó el oxígeno bajo tierra y permitió la conservación.
Vestigios sobre los cuales reflexionaron Javiera Naranjo y el historiador mapuche Enrique
Antileo en su investigación sobre los orígenes del Tejido en Crin (2018) que retomaron en el
libro “Cestería en el Wallmapu: Entrelazando fibras y memorias”, en una investigación
multidisciplinar junto a Juana Palma, Ingeniera Forestal especializada en Productos Forestales
No Madereros; Sofía Bensadon, documentalista y antropóloga y el maestro cestero Pablo
Cayulef
“El azar permitió que en Monte Verde todo lo que representaba la vida cotidiana del grupo
humano esté increíblemente bien conservado, incluyendo carne y cuero de mastodonte,
cuerdas confeccionadas con junco y nudos para mantener los tirantes del toldo habitacional
tensos…” (Dillehay, 2016). Existencia de cuerdas que permite pensar en la posibilidad de
cestería. El trabajo de Javiera Naranjo con las tejedoras del Crin de la Región del Maule tiene más de
diez años, siendo los primeros pasos de la organización Oficios Varios en la investigación y
difusión de oficios. Al respecto, señala: “Esa cestería en miniatura también tiene una tradición
Mapuche-Pikunche. Se reconocían en ese sector como los Putaganes, era una población que
hablaba mapudungun a la llegada de los españoles, y por su colonización temprana debido a
su ubicación geográfica, vivió su propio proceso de transformación de los conocimientos. Hay
mucha toponimia mapuche que también da cuenta de esto”.

Motivada por conocer más sobre la cestería en el Wallmapu, llegó a trabajar a la Región de Los
Ríos y se fue a vivir allí entre los años 2019 y 2023. Porque una impronta de Oficios Varios es
habitar los espacios donde se está investigando, además de aprender el oficio, explica Javiera:
“Podemos hablar mucho teóricamente, pero si no metemos las manos en la masa hay algunas
cosas que se pierden en ese ejercicio. Es muy importante que cuando hablamos de algo,
también lo aprendamos”.

Durante la pandemia se reunían todas las semanas en la casa de Don Pablo a aprender el
tejido del Llepu. Mientras tejían y conversaban, nació la idea de realizar la investigación de
cestería en el territorio mapuche.


“En las investigaciones de ciencias sociales se habla mucho de informantes claves -que es
extraer la información e irse con ello- y a nosotras no nos gusta mucho eso, porque creemos
que uno llega a un lugar y entre todos levantamos una información en conjunto. Por eso don
Pablo también es investigador”,
releva Javiera.
Enrique Antileo se refirió a las posibilidades que plantea trabajar en la reconstrucción de la
memoria de prácticas con materiales degradables: “Hay que abrir la mente para tratar de
imaginar cuáles son las cosas que no se encuentran, que habitan con nosotros y de las cuales
nosotros podemos hablar del pasado. Los pocos registros que tenemos no nos deben impedir
la capacidad de imaginar la conexión que hay entre construir un canasto, trabajar con la
naturaleza y un tipo de memoria que no es únicamente oral, sino que necesita las manos, la
vista, los sentidos”.


Destacó que esa memoria es diferente y el cómo se traspasa ese conocimiento tiene un
correlato con lo que están haciendo en los talleres de llepu: “observando, conociendo, viendo
las plantas, metiéndose a los bosques y estableciendo la relación entre un profesor, una
profesora y un aprendiz. Una persona que quiere volver a hacer canastos, ya sea para uso
común o también para una reivindicación de su pueblo. Las motivaciones son muchas”.
Entre las asistentes estuvo la kimelfe (profesora) Millaray Huentecura de la Escuela Básica
Ruka Klen de Lumaco, quien compartió sus reflexiones: “harto tiempo nos trataron de
convencer que lo mapuche no era lo importante. Por eso celebro que este conocimiento se esté enseñando y que se investigue, que releve nuestra inteligencia y que sea un ejemplo para
niños y niñas mapuche, que cultiven la paciencia para aprender y que les muestre que lo que
saben es tan importante que tiene que ser un libro”.

La investigación “Cestería en el Wallmapu: Entrelazando fibras y memorias” está disponible de
manera digital y gratuita en la sección Descagables de la web de Oficios Varios y también en
formato físico para adquirir directamente con la organización escribiendo a oficiosvarios.cl@gmail.com


En la actividad se compartieron alimentos realizados por Delicias El Canelo y se realizó una
Exposición de Cestería del Wallmapu con cestería en llepu de hasta 100 años de antigüedad,
custodiados por sus herederos quienes compartieron las historias detrás de los tejidos: Juan
Caripan de Traytrayko, María Luisa Llancapán de Coz Coz y Juan Vicente Huencuanca de
Pullinque Alto, también aprendices de los maestros Cayulef.

Está investigación ha sido resultado del proyecto:
Estado del Arte de la Cestería Tradicional en la
Región de Los Ríos, Fondo del Patrimonio Cultural.