13 de Diciembre de 2024
La primera ley antiterrorista, fue aquella que en 1984 promulgó el dictador dentro de su marco golpista para aniquilar la transformación profunda que se inició con la reforma agraria. Fue un instrumento ¿legal? de un gobierno ilegal para perseguir a quienes desde las rebeliones de 1598 y la batalla de Curalba, vienen defendiendo su territorio y su autonomía, prevista en acuerdos de paz que jamás, ni el estado Chileno, ni el argentino, han respetado.
Una ley que ha sido objeto de 6 reformas parciales entre 1991 y 2011. Siempre para peor. ¡Hasta los menores de edad pueden ser hoy terroristas…! Al histórico enemigo interno se le suma ahora el fantasma migrante. De la mano de la ley antiterrorista llegaron también las reformas a la ley migratoria, que habilitan la expulsión de migrantes, con allanamientos policiales incluidos.
Esta nueva ley antiterrorista, mantiene todas las irregularidades señaladas por incumplir acuerdos internacionales en las versiones anteriores y le suma, además, el derecho del Estado de interferir celulares con una tecnología llamada IMSI Catcher, un polémico sistema de intercepción de llamadas, (o de espionaje a la ciudadanía en general podríamos decir) polémico y que está siendo judicializado por los senadores que votaron en contra.
Mientras tanto tenemos pacos coimeros, pedófilos y traficantes por ahí dando vueltas. Cada tanto alguno queda evidenciado pero jamás, jamás se piensa en la corrupción estructural de una institución que desde su nacimiento fue pensada para el terrorismo.
El imaginario de la seguridad, la militarización y el Estado policial se choca de frente con la aspiración de la libertad, la justicia y la paz en el mundo que hace 76 años, se plasmó en 30 artículos en la asamblea de Naciones Unidas. En la misma semana del 10 de diciembre, en el que se conmemora un aniversario de la sanción de la Declaración Internacional de Derechos Humanos proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París en 1948, tras la segunda guerra mundial. Es la misma semana que se sanciona una nueva versión de la ley antiterrorista, y en la que seguimos exigiendo que se esclarezca el posible secuestro de Julia Chuñil.
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